domingo, 9 de diciembre de 2007

Rescatado del baúl de los recuerdos




Por ahí por el 2004 un amigo mio me dijo " Mar, escribe algo triste..." y así lo hice y fue publicado en una web donde yo solía entrar, y hoy recordando antiguos lugares lo encontré ( aunque no hace muchos meses ya lo recuperé para mostrar a alguien que lo quiso leer) así que hoy decidí que porqué no voy a tenerlo aquí tb si me pertenece...






La habitación esta a oscuras, el silencio reina entre esas cuatro paredes, sobre la mesita que esta junto a esa cama deshecha están preparadas para el momento oportuno los utensilios para dar fin a sus angustias, Echada sobre la redonda alfombra roja permanece inmóvil hundida en sus pensamientos, sus últimos suspiros.. recordándose a ella misma el motivo por el cual ha decidido dejar atrás sus penurias y acabar con su sufrimiento, una lágrima sale a la superficie recorriendo su mejilla hasta llegar a la comisura de sus labios, no tiene intención de secarlo, no le molesta, le alivia pensar que será la ultima que pueda escapar de su lagrimal, se incorpora y se acerca hacia la ventana donde puede observar la hermosa luna llena que ilumina la acera, solitaria, mojada por la lluvia que había caído todo el día, le llamo la atención un gatito negro cruzar la carretera y subirse hambriento a remover las bolsas de basura en busca de alimento para sobrevivir, realmente le asombro la valentía de ese animal, pensando que quizás no tendría mucha mas suerte, se lo podía imaginar unos días mas tarde chafado por varios vehículos sobre el asfalto, incluso le pareció sonreír al imaginarselo, seria la salvación de ese pobre gato solitario luchando por poder seguir adelante vagabundeando los contenedores nocturnos repletos de porquería, cerro los ojos unos segundos, y recordó que su destino ya estaba escrito, y no podía alargarlo mas inútilmente, echo las cortinas para evitar que la luz de la luna se colara en su santuario, echo un vistazo a su habitación, a la derecha estaba su cama llena de ropa y libretas esparcidas, junto a la cama estaba la mesita con una sencilla lamparilla de madera sin la mampara, decidió quitársela en cuando se la regalaron, era de color rosa, y ella odiaba ese color, así que decidió que fuera solo el palo de madera con la bombilla no necesitaba más, junto a la lamparilla estaban sus utensilios listos para cuando se sintiera preparada, pero aun no lo estaba, también había un despertador, marcaba las 00:45 A.M. sonrió de nuevo recordando que nunca mas estaría sometida a un horario, realmente nuestra vida esta marcada por un simple y mísero reloj, del que ella había decidido escapar, continuó inspeccionando hasta llegar a su escritorio, el ordenador lo tenia encendido, y podía verse sobre el fondo negro una lágrima de sangre dibujada en el centro, se sentó frente a él, y pensaba si debería dejar algo escrito para cuando descubrieran su cuerpo inerte, tendido sobre el lugar que cuidadosamente habría escogido para morir, se debatía entre la cama y la alfombra, pero pensaba que seria mucha sangre y seria echar a perder esas sabanas nuevas que su madre le había comprado, y no quería darle un disgusto, y en la alfombra estaría bien, pero recordó que su color rojo no dejaría relucir su sangre derramada, y ella quería ser encontrada de la forma mas drástica y sangrienta posible, disfrutaba al imaginar el terror en los ojos de su padre al ver lo que había conseguido, decidió pensar en ello mas tarde, tenia toda la noche por delante, y tenia que aclarar un asunto mas importante, si dejar una despedida en su pantalla, para evitar culpas a inocentes, decidió que la decisión era suya, no quería que se le cargara el muerto a otro, por un instante visualizaba como seria si diera a entender que su padre era el causante de su desgracia, se enorgullecia de imaginarselo pero su madre no podía quedarse sola, bastante era perder a un hijo como para perder a un marido al mismo tiempo con el peso de saber que él la había obligado a llegar a este extremo. así que decidió dejar un simple mensaje, no se molestaría en dar explicaciones, no servirían de nada, así que abrió el worpad y comenzó a teclear y borrar una y otra vez hasta decidirse por un simple " No busquéis culpables, no lo hay, no lloréis por mi sino todo lo contrario pensar que a partir de este momento soy feliz" sí, le pareció que era suficiente, así que lo guardó, y lo dejo abierto para que al mirar la pantalla fuera lo primero que vieran, se miro al espejo que estaba en su armario, llevaba una camiseta bastante amplia con una calavera en la espalda, era un regalo de un antiguo amigo, que conoció en un garito una noche de locura, recordaba la imagen de esa noche, allí estaba ella jugando al billar con unos motoristas, cuando entro por la puerta aquel motero tan sexy, la invitó a tomar unas cañas, y a los pocas horas ya estaban echando un polvo en los lavabos, cuando ya terminaron el salía sin mirarla, ya había conseguido lo que quería, tirarse a esa chica y volver a emborracharse con sus colegas, pero ella lo agarro del brazo y le pidió la camiseta, él la miro confuso, no podía entender lo que le había pedido ni para que la quería, " No follas mal, y me gustaría guardar tu camiseta de recuerdo"le explico, y el soltando una carcajada se la saco por la cabeza dejando ver su musculoso y cuidado cuerpo se la tiró guiñandole un ojo y salió dejándola a ella en el lavabo sola con la camiseta entre sus brazos.
Decidió cambiarse de ropa, estaba a decidida a tener una muerte inolvidable, así que rebusco entre su oscuro ropero y se decanto por una minifalda de cuero negro con sus medias de rejilla, y un top del mismo color bajo una camisa sin abrochar negra también, tenia sus botas de plataforma en la mano pensando si se las debía poner, si tenia que ser sobre la cama no se las pondría, podía oír a su madre recordarle esas fastidiosa palabras " Sela, por dios, quitate las botas cuando te eches que me vas a echar a perder las sabanas hija mía" incluso pensó que echaría de menos oírlo cuando ya no estuviera, pero pensó que cuando la encontraran su alma estaría presente, y quería oírlo por ultima vez antes de bajar al infierno si es que era real su existencia, se preguntaba cuanto tiempo tardaría en ser juzgada ante el tribunal de la muerte, para decidir si iría al infierno o al cielo que no creía que existiera, cuanto tiempo rondaría por la casa, viendo el sufrimiento de su madre o el alivio de su padre, observar su cuerpo inmóvil sin vida tendido en un lago de sangre sacándose lentamente, esperaba no estar mucho tiempo, quería salir cuanto antes de allí, volvió a echar un vistazo a reloj que ya marcaba 01:23 A.M, se sentó frente al tocador, y se espolvoreo el rostro, saco del cajón la barra de labios y se pinto cuidadosamente de color rojo intenso los morros pensando que le daría un toque de color a juego con sus heridas sanguinolentas.
Volvió hacia la cama, y sobre la mesita miro cada una de las cosas que había preparado, cogió la navaja de afeitar de su padre, le serviría para cortarse las venas, pero no se las cortaría a lo ancho, sabia que de este modo si hiciera el menor ruido al quejarse por el dolor sus padres la vendarían y evitarían su objetivo, lo echarían todo a perder, decidió que se las cortaría a lo largo, de este modo seria mas rápido e inevitablemente imposible de impedir la hemorragia, hizo un ensayo sin tocar su piel, debía se un corte rápido y limpio, como los de un cirujano sobre la piel de su paciente, no podía arriesgarse a un mal movimiento y fastidiarla, por un momento pensó en el dolor que le podría causar, y decidió ayudarse para coger valentía, realmente no era tan rápido y fácil como había imaginado, pensaba en lo que decían de que un suicida no era mas que un cobarde, que equivocados estaban todos, la valentía y los cojones que tiene que tener uno para hacerse algo así, no es tan fácil como se muestra en las películas, murmuraba entre dientes, abrió el segundo cajón de la mesita y saco una botella de ginebra y un tubo con algunos calmantes, derramó todas las pastillas sobre la palma de su mano y se las introdujo en la boca todas juntas, creía que se atragantaría y se ayudo con la botella, pensó que iba a vomitar todo pero contuvo las ganas, no se podía permitir el lujo de perder ni una sola pastilla, las necesitaba como fuera para ser capaz de seguir lo planeado tomo la afilada navaja, pudiendo sentir como le temblaba el pulso, intentaba concentrarse, no podía equivocarse, no podía arriesgarse a ser descubierta y tener que seguir viviendo una vida que no la quería, que no la había pedido, incluso maldecir a su madre por haberla traído a ese mundo del cual ella no encajaba, y no es porque no lo hubiera intentado, había buscado tener algo en común con algo, pero todo le parecía tan ajeno y tan extraño, le daba realmente asco pensar como hubiera sido su vida si fuera como los demás. Los efectos del alcohol con las pastillas comenzaron a dar sus primeros efectos, hacia bastante calor, y su cabeza comenzó a dolerle, si ritmo cardiaco era cada vez mas agitado, y la habitación de cada vez le parecía mas pequeña, comenzó a alegrarse de ver sus primeros resultados de la noche, pero se preguntaba realmente preocupada si en ese estado que cada minuto la llevaba a uno mas intenso podría seguir con lo previsto, las piernas y los brazos comenzaron a flaquearle.. necesitaba echarse sobre la cama, incluso llego a pensar que ya se estaba muriendo, que no le hacia falta ningún corte, pero no quería una muerte tan limpia, necesitaba dolor, un escenario escalabroso, y a poder ser ser encontrada con los ojos abiertos, con la esperanza de que se puedan adivinar en ellos el horror en sus ojos antes de dejarlos en compañía de su cuerpo tirado en alguna parte de la habitación.
Los ojos se le comenzaron a cerrar, debía luchar por mantenerlos abiertos, aun no era el momento, debía recobrar fuerzas para poder acercar su brazo izquierdo y poder coger la navaja que se le había caído sobre el suelo, lentamente deslizo parte de su cuerpo hasta buscar con la punta de los dedos algo punzante en el suelo, lo logro encontrar y satisfecha lo miro de nuevo, no veía con nitidez, pero le bastaba lo poco que podían mirar sus ojos, le era suficiente para lo que lo necesitaba... comenzó a sentir el tacto del afilado metal sobre su piel.. y cerrando los ojos sintió resbalar su cálida sangre fluyendo como el agua que cae de una casada, no sintió el dolor, dejo caer la navaja al suelo, y se echo sobre la cama de nuevo para relajarse esperando el final, ya no le quedaba nada por hacer mas que esperar, ahora ya no estaba en sus manos su futuro, cerro los ojos y vio un parque verde, rodeado de columpios con voces de niños, bajo el arbusto en solitario se encuentra una niña, esta llorando... los demás niños no quieren jugar con ella, y solo siente deseos de llorar y dejar de verlos, se ríen en su cara como solo esos crueles inocentes saben hacerlo, no tardo mucho en reconocerse, esa niña era ella, ya desde su mas tierna infancia ya había sido infeliz... puedo sonreír por ultima vez al pensar que había podido liberar a esa niña de ese malvado mundo del que debía huir... y abriendo los ojos de nuevo sin dejar de sonreír vio una sombra junto a los pies de su cama... " Llego el momento, ya vinieron a por mi" y libero ese cuerpo que tanto había odiado, dejando libre su alma, acercándose lentamente hacia esa sombra que la esperaba con los brazos abiertos, se dio la vuelta para ver su cuerpo como tanto había imaginado, y satisfecha de ver dibujada una sonrisa en su muerte mirándola fijamente, se volvió de nuevo y desapareció lentamente dejando aquella habitación vacía tal como ella había deseado....