viernes, 15 de febrero de 2008

inocencia

Sentada en los escalones de la entrada al portal,deja que unas lágrimas roden por su rostro, hasta que el dedo de un niño lo para, y le levanta la cabeza:

- ¿ Por qué lloras, tata?- Pregunta el niño con un tono muy suave
La joven mira al niño, y no sabe que responderle, pero sabe que ha de ser rápida en contestar para que sea creible ...
- Nada cariño, que tengo pupa - no se le ocurrió otra excusa mejor.
El niño se pone en pie de un salto y le extiende la mano y con voz alegre le dice-.
-Vamos a casa, ¿te pongo agua? mi mamá cuando me hago daño me pone agua y no me duele ya

En ese momento,toda pena de la muchacha desaparece y se le asoma una gran sonrisa seguida de una risa...

- Sí, vamos, ¿ tú me la pones pero?- y agarraditos de la mano entran al interior de la casa directos al cuarto de baño en busca del grifo milagroso.

El pequeño, todo orgulloso y feliz por contentar a su tata, le pone cuidadosamente el agua hasta bañarla por completo entre juegos, y ahi, la joven durante un segundo de lucidez al contemplar su propio cuadro instantáneo se pregunta... ¿ En que momento crecí y dejé de ver las cosas sencillas?


Besos!