miércoles, 4 de febrero de 2015

De nuevo en la cocina...

Bueno, los que me conocéis bien, sabeos que de tanto en tanto me agarran esas épocas de repostera loca, en la que me pongo a hacer tartas o cupcakes hasta que se me salen por las orejas ya ( bueno siempre intento endosarlos a otros antes de comermelo yo) Tengo que reconocer, que es una de las cosas que consigue calmarme cuando ando estresada, cabreada o preocupada con algún tema, y justo ahora vuelvo a necesitar de perderme un rato en la cocina a puerta cerrada y concentrarme en los ingredientes y no en mis pensamientos varios que no me llevan a ningún sitio...  Jolines, hacia tiempo que no hacia nada, y justamente todo empezó por un banoffe, sí, me dieron a probar uno, y aunque no es un postre que conociera y me llamara, pues para mi gusto plátano y dulce de leche me resultaba algo empalagoso y una bomba calórica, por un comentario y una broma me llevó a hacer uno par a ver que tal me salía, y la verdad, el primero fue algo vergonzoso, de sabor pues no era malo, era imposible pues los ingredientes ya hablan por si solos, pero la base me salió muy gruesa, bueno es que yo creía que debía hacerse así de gruesa, pero a la hora de cortar y comer, me percaté y me hicieron reconocer que para nada, así que como soy un poco tiquismiquis, y no me gusta quedarme con un sabor de boca poco dulce... decidí hacer otro al día siguiente, y para degustarlo y hacer de jurado, invité a mi sobrina, una experta devoradora de banoffes jaja a y bueno, entre las dos casi nos lo acabamos tooodo.. salió de 9!!

Ahora que he vuelto a las andadas, me he decidido por hacerme con algo que en su día ya me hizo su cosita pero ahora ya se me ha metido por completo en la cabeza y me he enamorado, y hasta que no lo tenga no estaré contenta...

Proximamente un aliado infalible para mis postres.. ¡Madre mia! cuando la tenga en casa no habrá postre que se me resista!!!