Y en la orilla se quedó.

Todos los días, se levantaba con una sonrisa, la cual se apagaba al abrir los ojos y reconocer aquellas cuatro paredes...
Se iba todos los días a sentarse en sus roquitas, donde le esperaba su mar cada mañana, unas veces con calma.. otras con espuma y alguna que otra vez le dejaba algún que otro regalo de recuerdo sobre la húmeda piedra...

Se pasaba horas y horas hablándole y contándole sus inquietudes, sus alegrías, sus penas, sus ilusiones, su pasado, su presente y hasta le dejaba oír sus historias de sueños del futuro... hay quienes no la entendían, " le hablas a la nada... no te responde.. no existe" pero a ella le daba igual, ella sabia que lo que sentía era verdadero, porque sino, no era explicable como reaccionaba a sus sentimientos, un mal día en las rocas, y ya era un mal día para el resto de las cosas ... su estomago sentía ese vértigo y cosquilleo que le transmitía y una cita feliz con su amor le hacia cambiar la vision del mundo a positivo hasta lo imposible era para ella un hecho ...

El tiempo paso.. y paso.. porque el tiempo no perdona, y el tiempo pasa y la gente sigue con su vida, y se hipoteca cada día más y más...

Durante un tiempo, la mar estaba siempre el calma.. pasaba menos horas, aunque no por ello, el tiempo que estaba lejos no deseara aunque sea simplemente admirar su mar en silencio...

Aprendió en ese silencio a ver las cosas más o menos con realidad.. pero no la quería aceptar... tenia miedo de lo que pudiera pasar si lo aceptaba.. tanto o mas miedo que si se dejaba llevar por sus sentimientos...

Y las olas llegaron, y empujaron con fuerza contra las rocas, y por un momento ella un segundo dudo y sintió ganas de dejarse llevar hacia la profundidad.. pero la tierra es firme.. y es segura.. la conoce.. y en aguas profundas... es un mundo desconocido el cual no sabe si saldría a flote o se ahogaría en alta mar... se agarro a una piedra.. el mar la miro... y hasta su color cambio... le tiro un beso.. y se volvió a calmar, diciéndole Adiós.